El parque de juegos, más allá de pura diversión

Tatiana Laventman

septiembre 26, 2022

A lo largo de la historia, familias de todo el mundo han llevado a sus hijos a un lugar que es divertido, entretenido y además es clave para su desarrollo: el parque. Lamentablemente, con el uso inadecuado de la tecnología y las extensas ocupaciones, los parques están cada vez más vacíos y la mayor parte de nosotros pasamos la vida sin aprovechar sus grandes cualidades. 

Mientras que para algunas familias un parque es solo diversión, para los expertos en desarrollo infantil representa estimulación motriz fina y gruesa, coordinación bilateral, desarrollo cognitivo, equilibrio, coordinación ojo-mano, estimulación sensorial, del sistema vestibular y propioceptivo. En pocas palabras, en el parque de juegos se puede encontrar todo aquello que estimula de manera oportuna a niños de todas las edades. 

Analicemos rápidamente algunos de los juegos para entender la importancia y valía que tienen para el desarrollo:

El sube y baja: 

El simple hecho de subirse implica un sinfín de estímulos. Para empezar, debe de hacerse entre dos personas para lo cual la socialización se pone en marcha, los dos niños deben tener un peso similar para que pueda subir y bajar por lo que se ponen en práctica conocimientos de matemática básica. Por si fuera poco, con su vaivén vertical los niños deben mantener el equilibrio para no caerse mientras se agarran del tubo y al bajar se impulsan con ambos pies hacia arriba con lo que ejercitan su motricidad gruesa... ¡Y ni hablar de la complejidad que implica bajarse equilibrando poco a poco el peso e ir sacando cada parte del cuerpo paulatinamente para no lastimarse! 

El columpio:

A diferencia del sube y baja cuyo vaivén es en vertical, el columpio tiene un movimiento horizontal caracterizado por ser armónico, por lo que también estimula el sistema vestibular, encargado del equilibrio. ¿Recuerdan esa sensación cuando un columpio va cada vez más alto, esa que se siente en el estómago? Pues es excelente para el desarrollo del equilibrio de los niños, ayuda a evitar caídas y conocer y comprender la gravedad al estar despegados del piso y, además, en movimiento.

Paredes para escalar:

Paredes para escalar (algunas están junto a las resbaladillas y sirven para llegar a ellas): Son una excelente herramienta para que los niños mejoren su coordinación motriz gruesa, los movimientos pierna-pie-brazo-mano son un gran estímulo que los ayuda a ganar fuerza, confianza y pone en práctica procesos ejecutivos: desde que deben planear dónde poner el pie y la mano, hasta ¡enfrentar las consecuencias!

Resbaladillas:

Aunque no lo parezcan, las resbaladillas son un gran estímulo para la coordinación. Pensemos en alguien que al echarse por la resbaladilla no sabe cómo caer con las piernas dobladas, ¿qué pasaría? Caería con un gran sentón al suelo o con las piernas totalmente estiradas y podría lastimarse seriamente. La resbaladilla es una gran herramienta para practicar la coordinación, el equilibrio y, por supuesto, la consciencia corporal que nos ayuda a determinar en dónde está el cuerpo y cómo se debe colocar en un determinado lugar.

Juegos espontáneos:

¿Cuántas veces hemos visto niños corriendo por el parque jugando las traes, quemados o escondidillas? ¡Seguro más de una! Estos niños, además de estar estimulando su coordinación y movimiento están poniendo en práctica los elementos más importantes de la socialización: seguimiento de reglas, acuerdos entre pares y resolución de problemas, entre muchos otros más.

Y con el fin de no hacer de ésta una lista interminable, escribiré lo siguiente: el parque ha sido, es y será el aliado más grande en el desarrollo infantil. No importa la edad del niño, siempre habrá algo que hacer en el parque según sus intereses. Los bebés disfrutan ver a los niños más grandes, estar al aire libre y hasta observar y aprender a respetar la naturaleza; los niños más pequeños pueden disfrutar el columpio con cinturones o petos aptos y los más grandes podrán, poco a poco y según sus capacidades, ir explorando todo lo que queda por descubrir. 

Quizá el próximo fin de semana podrías ir a un picnic familiar en algún parque cercano y jugar algún juego en familia, o enseñarles a tus hijos a subirse a algún juego que no conocen. No importa el día, pero cuando vayan, no dejen de observar todo lo que aprende un niño mientras está en el parque de juegos. 



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