Defendamos y dignifiquemos a las Trabajadoras del Hogar

Rocío Díaz González

marzo 30, 2022

Hace unos meses la señora que trabaja en mi casa me pidió un aumento de sueldo extraordinario y al hacerlo me dijo “puedo hacer trabajo adicional y no quiero que se moleste conmigo o que me vaya a tratar mal”. Esto, sin duda, me sorprendió, pues siempre le hemos dado trato digno y el respeto que se merece en mi casa, pero, sobre todo, me hizo reflexionar sobre el miedo y vergüenza que sintió al pedir ayuda.

La raíz del problema es fácil de comprender, pero difícil de romper. Desafortunadamente, tal como lo señala el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), las trabajadoras del hogar han sido, históricamente, objeto de una discriminación estructural (te recomiendo leer el artículo de la Interseccionalidad).

De acuerdo con CONAPRED, en México existen 2.3 millones de personas que se dedican al trabajo del hogar. El 92% de esta cifra son mujeres. En general, el trabajo doméstico se considera una actividad “normal” o “natural” para las mujeres, lo que promueve la brecha salarial entre géneros. 

El trabajo doméstico remunerado se lleva a cabo dentro de la informalidad, la legislación actual violenta sus derechos porque no hay obligación de otorgarles seguridad social. Además, la Ley Federal del Trabajo solo especifica tres horas de descanso entre actividades matutinas y vespertinas, nueve horas de descanso nocturno continuo, 1 día y medio de descanso semanal, por lo que una trabajadora puede llegar a trabajar hasta 12 horas diarias sin pago extra. Si bien la Secretaría del Trabajo dicta que cada año se debe de pagar el aguinaldo, no siempre sucede, tal como tampoco es una obligación el pago de vacaciones, liquidación por despido, incapacidad por enfermedad y cualquier otro derecho que tendría un trabajador formal.

De esta manera, aunque no estén estipulados sus derechos por Ley, nos toca defenderlas, ser justas y empáticas, así como garantizar sus derechos humanos y laborales y un trato digno. 

¿Qué podemos hacer? Empecemos con estas acciones: 

  1. 1
    Asegúrate que no trabaje más de 8 horas diarias o págale, si ella está de acuerdo, las horas extras. Respeta sus horas de descanso y no dejes de pagarle sus vacaciones, aguinaldo conforme a los derechos de los trabajadores y su liquidación, en caso de prescindir de sus servicios, así como el pago por incapacidad o enfermedad.
  2. 2
    Garantízale un trabajo digno, un trato respetuoso, el mismo alimento que tu familia y tú consumen y un dormitorio limpio y con espacio adecuado.
  3. 3
    Sé empática de mujer a mujer, aprovecha cualquier momento para hablarle de sus derechos humanos, de la CERO tolerancia a la violencia y de la equidad de género.
  4. 4
    No permitas ningún tipo de falta de respeto, discriminación o violencia hacia ella dentro de tu núcleo familiar o en tu entorno cercano.
  5. 5
    Paga lo justo, no demerites el trabajo doméstico, la mayoría de las personas sabemos lo que implica. Aunque los sueldos varían de acuerdo con las horas trabajadas, lugar de la ciudad o estado del país, infórmate para que ofrezcas un sueldo justo.

En el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, que se conmemora el 30 de marzo, reflexionemos y hagamos cambios en favor de la dignificación del trabajo doméstico, pero también, defendámoslas por ser mujeres como nosotras, enseñémosles sobre la equidad, igualdad y justicia, expliquémosles qué es violencia y porqué pueden rechazarla como modo de vida. Por ellas, por todas nosotras y por las nuevas generaciones. 


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