El domingo 30 de octubre, la gran Elisa Carrillo bailó de nuevo para México y el espectáculo fue simple y sencillamente impresionante.
El programa de la gala estuvo compuesto por 9 piezas representadas por algunas de las primeras bailarinas y primeros bailarines de las compañías más reconocidas del mundo, como la española Lucía Lacarra, del Dortmund Ballet y el brasileño Marcelo Gomes, del Ballet de la Ópera Semper de Dresden, entre otros grandes.
En esta ocasión, la pieza cumbre fue “Bolero”, una coreografía que Maurice Béjart introdujo por primera vez en 1960 con la música de Ravel. Elisa es la primera mexicana y latinoamericana en interpretar el papel principal de este ballet, uno de los más aclamados a nivel internacional, y, por cierto, su ejecución fue espectacular.
La coreografía sigue el mismo ritmo obsesivo de la música y se acentúa compás a compás y obliga a los espectadores a involucrarse con el baile, con la música, con los bailarines en escena. La expectativa, al igual que la música, también va in crescendo, el ritmo del corazón se acelera.
Elisa, 100% concentrada, baila completamente sola en una enorme mesa redonda mientras establece un diálogo entre la música, la coreografía y el público. En el escenario la acompañan 40 bailarines, en su mayoría mexicanos, que poco a poco se van incorporando al acto. El misterio envuelve al Auditorio Nacional, la emoción nos embarga a todos. Elisa hace que cada célula de nuestro cuerpo vibre.
Cuando concluye esta pieza que dura 16 minutos, hay quienes estamos con lágrimas en los ojos porque la emoción tiene que expresarse por algún lado, hay quienes cubren su boca con las manos en un gesto de asombro y todos, absolutamente todos, nos paramos de inmediato y aplaudimos frenéticamente.
¡Elisa luce radiante!
Con la sencillez que caracteriza a los verdaderamente grandes, responde emocionada a los aplausos con lágrimas y abrazos. Muy pronto, llama a sus amigos al escenario y antes de la despedida, su esposo, el también primer bailarín del Staatsballet Berlin, Mikhail Kaniskin, pide que le cantemos a Elisa las mañanitas porque al día siguiente era su cumpleaños y, entonces, pues todos cantamos.
Elisa Carrillo es una de esas mujeres mexicanas que no necesitan introducción. Es la primera ballerina del Staatsballet Berlín, así como la única mexicana y la primera latinoamericana que ha ganado los tres premios más importantes de la danza a nivel internacional:
Asimismo, es embajadora de la Cultura de México y Miembro del Consejo Internacional de la Danza de la UNESCO y tiene una fundación a través de la cual impulsa a estudiantes de ballet mexicanos para que se formen en el extranjero, al mismo tiempo que promueve la danza y otras expresiones culturales y las acerca a todos los públicos, especialmente a los sectores más vulnerables. Cada año, la Fundación Elisa Carrillo otorga becas para los estudiantes más destacados.
Fika Magazine brinda por otros muchos años más de la “Gala Elisa y Amigos”.