Es momento de replantearnos la vejez

Mientras la vida sigue transcurriendo, los sueños cumpliéndose, los miembros de la familia que alguna vez fueron niños creciendo, los padres muriendo y los amigos empezando a faltar, hay un sentimiento más real que ficticio de saber que la vida comienza a apagarse.

Jamás en la historia de la humanidad habíamos tenido tantos adultos mayores, nunca habíamos tenido la oportunidad tan valiosa de estudiar, con tanta profundidad, esta etapa de la vida que hasta hace poco ni siquiera tenía un nombre oficial. Los pocos adultos mayores que existían transitaban por la vida como quien ya lo ha perdido todo; muchos en hogares permanentes o asilos, y muchos otros viviendo en familias que poco sabían qué hacer o cómo tratarlos, esperando a que la inevitable muerte llegara algún día. 

Poco a poco, con una expectativa de vida más larga, los adultos mayores han tenido que adaptarse a un mundo en constante cambio, con información nueva y con tecnología que han tenido que aprender a utilizar. Hace algunos años, los jóvenes enseñábamos a los mayores a utilizar la computadora, ahora, manejan celulares inteligentes, bocinas, mandan correos electrónicos, e incluso, muchos de ellos comparten fotos, dan likes y hacen búsquedas en las redes sociales. De esta manera, así como la vida se ha extendido, se ha ampliado también la vida sana, ocupada, útil y con expectativas de generar, crear y disfrutar.

El adulto mayor de hoy, en definitiva, no es el “viejito” de antes, los adultos actuales se ejercitan, disfrutan y viven de una manera completamente diferente, no se sienten “ancianos, viejitos o abuelitos”, palabras que consideran ofensivas porque están consientes de todo lo que son capaces de hacer y de lo que aún pueden aprender. 

En mi familia, la gente es muy longeva, conocí a mis 4 bisabuelas y tengo una abuela de 79 años que, además de ser mi adoración en la vida, es una mujer que hace ejercicio todos los días, maneja, me acompaña a donde tengo que ir (¡si, ella me acompaña a mí!), me ayuda con mis hijos y me ha enseñado que la vejez es solo un número y que tener ocupaciones significativas, valiosas y ambiciones en la vida hacen una diferencia enorme en la manera de vivirla.

Existen autores modernos que consideran que los adultos de entre 65 y 80 años están en la etapa del “viejo-joven”, y afirman que la población con mayor crecimiento de manera longitudinal son los adultos mayores de 80. Asimismo, se estima que para el 2030, un 20% de la población estadounidense tendrá 65 años o más, e incluso, se pronostica que para 2040 habrá 1,300 millones de personas de este rango de edad. Estas cifras representan una prueba clara de que estamos siendo testigos de una nueva etapa en el desarrollo del ser humano. 

Al buscar literatura sobre este grupo de edad, encontraremos que se engloba a todas las personas mayores a 65 años como “adultos mayores o de la tercera edad”, cuando hoy en día, pareciera que los 65 y los 80 años fueran dos etapas tan diferentes como la niñez y la adolescencia. A los 65 generalmente las personas están recién jubiladas y comienzan a disfrutar o a aprovechar su retiro, por lo que sus ocupaciones y roles pueden cambiar. Dejan de ser empleados o trabajadores para convertirse en cuidadores de ellos mismos, pueden adoptar actividades de recreación y de disfrute distintas a las que hacían algunos años y muchos de ellos mantienen una participación comunitaria activa y sumamente eficaz. Muchos manejan y viajan, se ejercitan, tienen autonomía para las actividades de la vida diaria, conservan su movilidad funcional, e incluso, pueden tener una vida sexual activa y satisfactoria. Pareciera que están estrenando una nueva etapa del desarrollo humano. 

En definitiva, la vejez de hoy no es la vejez de hace unos años ni la que será en un futuro. Los seres humanos hemos ido demostrando que, junto con los avances médicos, el poder de la ocupación de la mente y el cuerpo hacen una gran diferencia en la manera en la que envejecemos. El desarrollo humano, es un fenómeno básico para comprender el proceder del ser, y la prolongación de la adultez media y tardía están logrando crear etapas que antes no existían y que apenas comenzamos a estudiar más a profundidad.  

Y tú ¿cómo planeas vivir tu vejez?

Tatiana Laventman

Psicóloga, psicopedagoga, estudiando mi segunda maestría, así que soy una apasionada de aprender más y más acerca de la infancia temprana. Me encanta decir que tengo un Doctorado Honoris Causa en maternidad…con tres hijos, uno de 9 y gemelas de 7, me merezco ese título.

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